REMEDIOS HOMEOPATICOS

lunes, 27 de febrero de 2012

ARTRITIS REUMATOIDEA




INTRODUCCION
La artritis reumatoidea es una enfermedad crónica en la cual se inflaman las articulaciones y cuya causa no se conoce.   Esta artritis es grave ya que conlleva a la destrucción del cartílago articular con la deformidad consecuente.  Sin embargo no todos los casos son iguales ya que hay algunos tipos de artritis reumatoidea que son de breve duración y con lesiones articulares mínimas, mientras que otros padecen una poliartritis progresiva e imparable que evoluciona hacia la aparición de deformidades articulares importantes.

EPIDEMIOLOGIA
La artritis se presenta en la población en un porcentaje del 0.8% de la población (intervalo, 0.3 a 2.1%).  Este porcentaje que me parece altísimo nos daría por ejemplo cerca de 8.000 casos de artritis en promedio en una ciudad de 1.000.000 de habitantes.     
En cuanto al sexo las mujeres se afectan con una frecuencia casi tres veces más alta que los varones. La prevalencia aumenta con la edad y las diferencias entre los sexos disminuyen en el grupo de población de edad avanzada. Su inicio es más frecuente durante el cuarto y quinto decenios de la vida, de forma que 80% de todos los pacientes contrae la enfermedad entre los 35 y los 50 años de edad. La incidencia de artritis en las mujeres de 60 a 64 años de edad es más de seis veces mayor que en las de 18 a 29 años.
La artritis se observa en todo el mundo y afecta a todas las razas. Sin embargo, la incidencia y la gravedad son aparentemente menores en regiones rurales del África subsahariana y en las personas de raza negra del Caribe. Datos recientes indican que la incidencia de artritis podría estar disminuyendo.

GENETICA
Los estudios familiares indican una predisposición genética. Por ejemplo, la artritis grave se observa con una frecuencia aproximadamente cuatro veces mayor de la esperada en los familiares en primer grado de los pacientes con artritis relacionada con la presencia del factor reumatoide; aproximadamente 10% de los pacientes con artritis tiene un familiar de primer grado que sufre la enfermedad.     
Los factores de riesgo genético no explican en su totalidad la incidencia de la artritis, lo que sugiere la participación de factores ambientales en su etiología. Así se ha demostrado en particular en los estudios epidemiológicos efectuados en África, según los cuales el clima y el nivel de urbanización causan un gran impacto en la incidencia y gravedad de la artritis en grupos con una base genética similar.

CAUSAS
La causa de la artritis reumatoidea sigue siendo desconocida. Se ha sugerido que esta enfermedad es una manifestación de la respuesta del paciente u hospedador con predisposición genética a un agente infeccioso. Dada la amplia distribución de la artritis en todo el mundo, se piensa que el microorganismo infeccioso debería ser ubicuo. Entre los diferentes microorganismos propuestos se encuentran Mycoplasma, virus de Epstein-Barr, citomegalovirus, parvovirus y virus de la rubeola, aunque no existe ninguna prueba concluyente de que éstos u otros agentes infecciosos produzcan la artritis. El proceso por el que el agente infeccioso podría desencadenar la artritis inflamatoria crónica es también un tema controvertido.
Una de las probabilidades es la infección persistente de las estructuras articulares o la retención de los productos microbianos en los tejidos sinoviales, que generaría una reacción inflamatoria crónica. Otra alternativa sería que los microorganismos o la respuesta a ellos indujera una reacción inmunitaria contra componentes de la articulación.
De todos los posibles factores ambientales desencadenantes, el único que se ha demostrado claramente vinculado al desarrollo de la artritis es el consumo de cigarrillos.
No se considera como causa de la artritis el consumo de carnes rojas.


SINTOMAS
En la artritis reumatoidea se presenta dolor e inflamación en varias articulaciones al mismo tiempo y durante meses o años según el carácter benigno o maligno de la enfermedad.
Aproximadamente en las dos terceras partes de los pacientes comienza de forma gradual con cansancio, pérdida del apetito, debilidad generalizada y dolores leves en músculos y huesos hasta que se hace evidente la artritis. Este período llamado prodrómico puede persistir durante semanas o meses y no permite establecer el diagnóstico. Los síntomas específicos por lo común aparecen de forma gradual con dolor en especial de manos, muñecas, rodillas y pies, y por lo general en forma simétrica. En aproximadamente 10% de los pacientes el inicio es más agudo y conlleva la aparición rápida de una poliartritis que se suele acompañar de síntomas generales como fiebre, ganglios aumentados de tamaño y aumento del bazo o esplenomegalia. En una tercera parte de los pacientes los síntomas pueden estar limitados al principio a una o varias articulaciones. Aunque el patrón de afección articular puede permanecer asimétrico en algunos pacientes, es mucho más frecuente el patrón de afección simétrica.

Signos y síntomas de la afección articular
El síntoma primordial es el dolor articular que se agrava con el movimiento, con los esfuerzos. Es frecuente la rigidez generalizada, que suele ser mayor tras los períodos de inactividad y especialmente  al despertar en la mañana, rigidez que dura a veces hasta más de 1 hora.
Además del dolor y la rigidez articular los pacientes van a presentar los síntomas generales ya mencionados atrás tales como debilidad, cansancio fácil, apetito bajo y pérdida de peso. Aunque en ocasiones se puede presentar fiebre alta que alcanza los 40°C, es rara la elevación de la temperatura por encima de los 38°C, y en estos casos se debe descartar otra causa de índole infecciosa.
Desde el punto de vista clínico, la inflamación sinovial es causa de edema,
Por lo general en el examen físico resulta evidente el calor sobre la articulación, en particular cuando se examinan articulaciones de gran tamaño como la rodilla; no obstante, es raro que aparezca enrojecimiento.  Al mismo tiempo que hay calor en la articulación se puede apreciar un grado variable de hinchazón de la misa lo cual se debe a la acumulación de líquido sinovial, a la hipertrofia de la membrana sinovial y al engrosamiento de la cápsula articular.  
Al progresar la enfermedad, con el paso de los meses o años se presentan la fibrosis y la anquilosis ósea, o bien las contracturas de partes blandas, lo cual producen deformidades de carácter fijo.
La artritis reumatoidea causa con mayor frecuencia una artritis simétrica que afecta característicamente a ciertas articulaciones específicas como las interfalángicas proximales y las metacarpofalángicas. Las articulaciones interfalángicas distales se afectan de forma infrecuente. La artritis de las articulaciones de la muñeca es una característica prácticamente constante  y puede causar limitación de la movilidad, deformidad y atrapamiento del nervio mediano (síndrome del túnel carpiano). La artritis de la articulación del codo suele ocasionar contracturas por flexión que aparecen en las fases iniciales de la enfermedad. La articulación de la
rodilla se afecta con frecuencia y presenta hipertrofia sinovial, derrame crónico y laxitud ligamentosa. La aparición de dolor y tumefacción por detrás de la rodilla puede deberse a una extensión de la inflamación sinovial hacia el espacio poplíteo lo que origina un quiste (quiste de Baker). La artritis en la mitad anterior del pie, los tobillos y las articulaciones subtalares puede producir un dolor muy intenso al caminar, así como diferentes deformidades. La columna se afecta principalmente a nivel cervical superior. Nunca se afecta la región lumbar por lo que el dolor en la parte baja de la espalda no puede atribuirse a la artritis reumatoidea.    

Manifestaciones Extraarticulares:
La artritis reumatoidea produce diferentes manifestaciones
extraarticulares. Aunque estas manifestaciones aparecen a menudo, no todas ellas tienen importancia clínica. No obstante, en ocasiones pueden constituir el signo principal de la actividad de la enfermedad.
-      Los nódulos reumatoides aparecen en 20 a 30% de los pacientes con RA. Por lo común surgen sobre estructuras periarticulares, superficies extensoras u otras zonas sujetas a presión mecánica, aunque pueden aparecer en cualquier parte, como la pleura y las meninges. Entre las localizaciones más frecuentes se incluyen la bolsa olecraneana, la parte proximal del cúbito, el tendón de Aquiles y el occipucio. Los nódulos varían en cuanto a su tamaño y consistencia, y no suelen ser sintomáticos, aunque en ocasiones se rompen por traumatismos o se infectan.   
-      Son frecuentes la debilidad clínica y la atrofia muscular esquelética.  
-      La vasculitis reumatoide, que puede afectar a casi cualquier órgano o sistema y originar úlceras en las extremidades.
-      Las manifestaciones pleuropulmonares, que son más frecuentes en los varones, consisten en pleuritis, fibrosis intersticial, nódulos pleuropulmonares, neumonitis y arteritis.  
-      La cardiopatía sintomática atribuida al proceso reumatoide es rara, aunque 50% de los casos en la necropsia se observa una pericarditis asintomática
-      La artritis suele respetar el sistema nervioso central de forma directa, aunque la vasculitis puede causar neuropatía periférica.   El atrapamiento de  puede dar origen a neuropatías de los nervios mediano, cubital, radial (rama interósea) o tibial anterior.
-      En menos de 1% de los pacientes el proceso reumatoide afecta al ojo.  Las dos manifestaciones principales son epiescleritis, que suele ser leve y transitoria, y escleritis, que afecta a las capas profundas del ojo y que constituye un trastorno inflamatorio más grave.   Entre 15 y 20% de los pacientes con artritis experimenta un síndrome de Sjögren, con la consiguiente sequedad del ojo.
-      El síndrome de Felty consiste en artritis crónica, aumento en el tamañao del bazo o esplenomegalia, glóbulos blancos bajos (neutropenia) y, en ocasiones, anemia y trombocitopenia o plaquetas bajas. Es más frecuente en los pacientes en que
la artritis lleva muchos años de evolución.  
-      La osteoporosis secundaria a la afección reumatoide es frecuente y se puede agravar por el tratamiento con glucocorticoides. Este tratamiento suele ocasionar una pérdida significativa de masa ósea, especialmente al principio, incluso cuando se emplean dosis bajas.  

 Artritis Reumatoidea en el anciano
La incidencia de artritis sigue aumentando después de los 60 años de edad. Se ha sugerido que la artritis de inicio en el anciano podría tener un pronóstico peor con una actividad más persistente, signos radiológicos más frecuentes de deterioro, mayor incidencia de afección generalizada y un declive funcional más rápido. La
enfermedad de carácter enérgico se observa principalmente en los pacientes con títulos altos de factor reumatoide. Por lo contrario, aquéllos de edad avanzada que inician una artritis y que no muestran títulos altos de factor reumatoide (enfermedad seronegativa) por lo general presentan un proceso menos grave, a menudo de curso limitado.

DATOS DE LABORATORIO
No existe ninguna prueba específica para el diagnóstico de la artritis reumatoidea. No obstante, los factores reumatoides están presentes en más de las dos terceras partes de los pacientes adultos con esta enfermedad. Las pruebas más utilizadas detectan principalmente
factores reumatoides IgM. La presencia de factor reumatoide no es específica de la RA. Los factores reumatoides se pueden detectar en 5% de las personas sanas. La frecuencia del factor reumatoide en la población general aumenta con la edad, y 10 a 20% de las personas mayores de 65 años presenta una prueba positiva para la presencia de factor reumatoide. Además, aparte de la artritis existen diferentes trastornos que se asocian con positividad para el factor reumatoide.
Entre ellos cabe citar el lupus eritematoso generalizado, el síndrome de Sjögren, las hepatopatías crónicas, la sarcoidosis, la fibrosis pulmonar intersticial, la mononucleosis infecciosa, la hepatitis B, la tuberculosis, la lepra, la sífilis, la endocarditis bacteriana subaguda, la leishmaniosis visceral y el paludismo. Además, el factor reumatoide puede aparecer de forma transitoria en personas normales tras una vacunación o una transfusión, y también se puede detectar en familiares de pacientes con artritis reumatoide.
La presencia de factor reumatoide no establece entonces el diagnóstico de artritis, sin embargo, la presencia de factor reumatoide puede tener significación pronóstica debido a que aquéllos con títulos altos suelen presentar una enfermedad más grave y progresiva, con manifestaciones extraarticulares. El factor reumatoide se detecta de forma constante en los pacientes con nódulos o vasculitis. En resumen, se puede realizar una prueba para detectar el factor reumatoide con objeto de confirmar el diagnóstico en las personas con una presentación clínica sugerente y, si está presente en títulos altos, podemos considerar que estos pacientes presentan riesgo de enfermedad diseminada grave. En los pacientes con artritis se pueden detectar otros autoanticuerpos como
los dirigidos contra la filagrina, la citrulina, la calpastatina, los componentes del espliceosoma (RA-33) y un antígeno desconocido, el Sa.  Algunos de estos autoanticuerpos pueden resultar útiles para establecer el diagnóstico debido a que aparecen en las fases iniciales de la enfermedad, antes de que lo haga el factor reumatoide, o bien se vinculan con una evolución de carácter enérgico.
En la artritis activa es frecuente que haya anemia.
El recuento de glóbulos blancos suele resultar normal, aunque puede haber una leucocitosis leve.  En los casos en que hay aumento de los eosinófilos (eosinofilia) esto suele reflejar una afección generalizada grave. En casi todos los pacientes con artritis activa, la velocidad de sedimentación está aumentada. También están elevados otros reactivos de fase aguda, como la ceruloplasmina y la proteína C reactiva, y por lo común estas elevaciones guardan relación con la actividad de la enfermedad y con la probabilidad de lesión articular progresiva.
El análisis del líquido sinovial confirma la presencia de artritis inflamatoria, aunque ninguna de las alteraciones observadas es específica. Este líquido suele ser turbio, con disminución de la viscosidad, aumento del contenido proteico y una ligera disminución o normalidad en la concentración de glucosa. 

EVALUACIÓN RADIOLÓGICA
En las fases iniciales de la enfermedad, las radiografías de las articulaciones afectadas no suelen resultar útiles para establecer el diagnóstico.   A medida que evoluciona la enfermedad, las alteraciones radiológicas se hacen más pronunciadas, aunque ninguna de ellas es diagnóstica de artritis.  El valor principal de la radiología consiste en establecer la intensidad de la destrucción del cartílago y de la erosión ósea durante el curso del tratamiento médico.

EVOLUCIÓN CLÍNICA Y PRONÓSTICO
La evolución de la artritis es muy variable y difícil de pronosticar en cada paciente. La mayoría de los enfermos presenta una actividad mantenida aunque de carácter fluctuante, acompañada por un grado variable de deformidad articular y deterioro funcional. Al cabo de 10 a 12 años, menos de 20% de los pacientes presenta signos de incapacidad o deformidad articular. En 10 años, casi 50% de los pacientes presentarán incapacidades para trabajar.
Diversas características guardan relación con una mayor probabilidad de presentar alteraciones articulares o incapacidad. Entre ellas se incluyen:
-      La presencia de más de 20 articulaciones inflamadas
-      Una elevación importante de la velocidad de sedimentación globular
-      Signos radiográficos de destrucción ósea
-      La presencia de nódulos reumatoides
-      Títulos altos de factor reumatoide en suero
-      La presencia de incapacidad funcional
-      La inflamación persistente
-      La edad avanzada al inicio de la enfermedad
-      La existencia de otras enfermedades
-      El nivel socioeconómico o de escolarización bajo
La existencia de una o más de estas características implica que la enfermedad va a tener un carácter más agresivo, con una mayor probabilidad de causar alteraciones articulares progresivas con incapacidad.
Los pacientes que carecen de estos factores presentan cuadros más indolentes que evolucionan más lentamente hacia las alteraciones articulares y la incapacidad.

DIAGNÓSTICO
El cuadro clínico típico de poliartritis inflamatoria simétrica y bilateral con afección de articulaciones pequeñas y grandes, tanto en extremidades superiores como inferiores, respetando la columna de la región cervical, sugiere el diagnóstico. Las alteraciones generales indicativas de la naturaleza inflamatoria del proceso, como la rigidez matutina, apoyan el diagnóstico. La demostración de nódulos subcutáneos es una característica diagnóstica útil.
Este diagnóstico es más difícil de establecer en las fases iniciales de la evolución, cuando el paciente presenta únicamente síntomas generales o bien artralgias o artritis intermitentes con distribución asimétrica. Antes de establecer el diagnóstico puede requerirse un período de observación. El diagnóstico definitivo de RA depende básicamente de las alteraciones clínicas características y de la exclusión de otros procesos inflamatorios. La observación aislada de una prueba positiva para el factor reumatoide o de una elevación en la velocidad de sedimentación, ante todo en las personas de edad avanzada con dolores articulares, no debe utilizarse como prueba de la artritis reumatoide.

TRATAMIENTO
Cuidados Generales:
Es importante las recomendaciones en lo que concierne al reposo de las articulaciones inflamadas o adoloridas sin descuidar los movimientos suaves ya que no podemos olvidar que se pueden presentar la desmineralización y atrofia muscular con el reposo absoluto completo.
Alimentación:
La alimentación siempre es importante en cualquier enfermedad crónica.

Evitar:
Carnes frías, Carnes rojas
Azúcar blanca, pan blanco
Enlatados, gaseosas, jugos en botella,
Leche entera y derivados
Café en exceso

Alimentos favorables
Pescado, carne de aves
Frutas y verduras
Aguacate, Zanahoria, Avena
Ajo, cereza, Ahuyama
Almendras, nueces, maní


Se puede comer: arroz integral, avena en hojuelas, pan integral, papa, yuca, ñame, fríjol, lenteja, arveja, etc.


Terapia Ortomolecular:
Recomiendo las dosis extras de magnesio, cobre, azufre y vitamina E.  

Homeopatía:
Remedios sintomáticos hay muchos, los de mas uso son Bryonia, Apis, Rhus Tox, Phytolacca, Guaiacum, entre otros.  Remedios de fondo se consideraran dependiendo de la individualidad de cada enfermo.   Sin embargo con mayor frecuencia he empleado Calcárea Carbónica, Natrum Muriaticum, Sulfur, Causticum, Phosphorus, Pulsatilla, entre otros.
Es muy útil la homeopatía cuando el enfermo tiene un factor etiológico susceptible de tratar con esta terapéutica.  Un ejemplo es la artritis desencadenada por una pena moral, decepción de amor, ruina, susto, etc.  O también tendremos buenos resultados cuando la artritis es agravada claramente por la lluvia, el frío, el tiempo húmedo.  
Si solo recetamos el remedio homeopático para atenuar el dolor sin que medien los factores etiológicos o modalidades especiales entonces la homeopatía es un fracaso.

La terapia neural, la aplicación de anestésicos locales,  es extraordinaria cuando está bien indicada y por ende no es necesario utilizar homeopatía.  Digo cuando está indicada porque no todos los pacientes artríticos tienen indicación de terapia neural por no encontrarse focos de interferencia.
Es necesario investigar los antecedentes de cirugías previas, de infecciones pasadas o activas, de enfermedades anteriores en general.
Como ejemplo, si en un paciente con artritis hay historia de asma bronquial en la infancia o juventud entonces procedo a aplicar la terapia neural a nivel de garganta, pecho y espalda. 

La Autohemoterapia es un recurso muy útil como coadyuvante del tratamiento.
En mi experiencia he visto buenos resultados con un esquema de 10 sesiones con frecuencia semanal.  Se extrae sangre venosa y se aplica intramuscular profunda.  En las enfermedades auto inmunes, como la artritis, comienzo con 5 cc y al cabo de 4 semanas según evolución aumento la dosis a 10 cc hasta terminar el esquema.







miércoles, 22 de febrero de 2012

ASMA BRONQUIAL





INTRODUCCION
El asma se define como una enfermedad inflamatoria crónica de las vías respiratorias que se caracteriza por un aumento de la respuesta del pulmón a múltiples estímulos.   En el asma hay un estrechamiento generalizado de las vías respiratorias, que puede sanar de forma espontánea o con tratamiento. Es una enfermedad episódica, en la que las crisis agudas se intercalan con períodos asintomáticos. Normalmente, la mayor parte de las crisis son de corta duración, desde unos minutos a horas, y después de ellas el paciente se recupera completamente desde el punto de vista clínico. Sin embargo, puede haber una fase en la que el paciente sufra todos los días cierto grado de obstrucción de las vías respiratorias. Esta fase puede ser leve, con episodios agudos superpuestos o sin ellos, o mucho más grave, con intensa obstrucción que persiste durante días o semanas, una situación conocida como estado asmático. En circunstancias infrecuentes, los episodios agudos pueden tener un desenlace fatal.

PREVALENCIA
El asma bronquial ocurre a todas las edades, pero lo hace de manera predominante al principio de la vida. Cerca de la mitad de los casos se inician antes de los 10 años de edad, y otra tercera parte lo hacen antes de los 40 años.
Durante la infancia la tasa preponderante entre varones y mujeres es de 2:1, pero las frecuencias por género se igualan a los 30 años.

CAUSAS
Contribuyen a su iniciación y continuación factores genéticos,  alérgicos, ambientales, virales y exposiciones ocupacionales.


ESTIMULOS QUE INDUCEN EL ASMA
Los estímulos que incrementan la reactividad de las vías respiratorias e inducen los episodios agudos de asma se pueden agrupar en siete categorías principales:
-      Alergénicos
-      Farmacológicos
-      Ambientales
-      Laborales
-      Infecciosos
-      Relacionados con el ejercicio
-      Emocionales.

Alergénicos:
El asma alérgica se observa con más frecuencia en los niños y los adultos jóvenes. Puede aparecer en relación con plumas, caspa de animales, ácaros del polvo, mohos y otras sustancias presentes de forma constante en el ambiente. La exposición a la sustancia alérgica normalmente produce una respuesta inmediata con la instauración de la obstrucción de las vías respiratorias en unos minutos y la resolución posterior. En el 30 a 50% de los pacientes existe una segunda onda de broncoconstricción, la denominada reacción tardía, que aparece 6 a 10 h después. En una minoría, sólo se produce la reacción tardía. Antiguamente, se pensaba que la reacción tardía era esencial para la aparición de la hiperreactividad de la vía respiratoria que sigue a la exposición al antígeno. Ahora se sabe que éste no es el caso.

Estímulos farmacológicos
Los fármacos que se asocian más a menudo con los episodios agudos de asma son la aspirina, los colorantes como la tartrazina, los antagonistas betaadrenérgicos y algunos compuestos sulfurosos.
El síndrome típico de sensibilidad a la aspirina afecta principalmente a los adultos, aunque también se observa en los niños.
Este problema suele comenzar con una rinitis persistente que se sigue de rinosinusitis y formación de con pólipos nasales. Luego, aparece progresivamente el asma. Las personas afectadas presentan normalmente congestión nasal y ocular incluso con dosis muy pequeñas de aspirina, y episodios agudos, a menudo graves, de obstrucción de las vías respiratorias.
La prevalencia de la sensibilidad a la aspirina entre los asmáticos varía de unos estudios a otros, pero muchos autores piensan que el 10% es una cifra razonable. Existe una importante reactividad cruzada entre la aspirina y otros antiinflamatorios no esteroideos como la indometacina, el fenoprofeno, el naproxén, el ibuprofén, el ácido mefenámico y la fenilbutazona.
Los antagonistas beta-adrenérgicos (como el metoprolol) producen regularmente obstrucción de las vías respiratorias en los asmáticos y también en otras personas con hiperreactividad de las vías respiratorias, por lo cual deben evitarse en estos pacientes.
Los compuestos sulfurosos, como el metabisulfito potásico, los bisulfitos potásico y sódico, el sulfito sódico y el dióxido de azufre, que se utilizan mucho en la industria alimentaria y farmacéutica como desinfectantes y conservadores, también pueden producir obstrucción aguda de las vías respiratorias en los pacientes sensibles. La exposición se suele producir por ingestión de alimentos o bebidas que contienen estos compuestos, por ejemplo, ensaladas, fruta fresca, patatas, marisco y vino. Se ha descrito una exacerbación del asma tras el empleo de soluciones oftálmicas con sulfitos e inyecciones intravenosas de glucocorticoides y con la inhalación de algunas soluciones broncodilatadoras. .

Contaminantes ambientales y del aire
Las causas ambientales del asma suelen estar en relación con las condiciones climáticas que favorecen la concentración de contaminantes y antígenos atmosféricos tales como el ozono, el dióxido de nitrógeno y el dióxido de azufre. Todos ejercen los mayores efectos durante los períodos de intenso viento.
Otros factores ambientales son el frío seco o húmedo.  Por ejemplo los niños que entran en crisis después de un baño en piscina o en río o al estar expuestos a un aire acondicionado muy intenso.
  
Factores laborales
El asma relacionada con la profesión es un problema sanitario importante y se ha descrito una obstrucción aguda y crónica de las vías respiratorias tras la exposición a un gran número de compuestos utilizados en muchos tipos de procesos industriales tales como:
-      Madera y los polvos vegetales (p. ej., de roble, granos, harinas, semillas de ricino, granos verdes de café, mako, goma de acacia, goma de Karaya, caucho y goma de tragacanto)
-      Ciertos agentes farmacéuticos (p. ej., antibióticos, piperazina y cimetidina)
-      Enzimas biológicas (p. ej., detergentes de lavandería, enzimas pancreáticas y Bacillus subtilis)
-      Polvos de animales e insectos, sueros y secreciones (p. ej., animales de laboratorio, pollos, cangrejos, camarones, ostiones, moscas, abejas y polillas).
-      Sales metálicas (p. ej., de platino, cromo, vanadio y níquel)
-      Sustancias químicas industriales y plásticos (p. ej., diisocianato de tolueno, anhídrido del ácido ftálico, anhídrido trimelítico, persulfatos, etilenodiamina, p-fenilenodiamina, cedro rojo occidental, azidrocarbonamida y diversos colorantes). El formaldehído y el formaldehído ureico se encuentran también en este grupo.
Es importante reconocer que puede ocurrir también exposición a sustancias químicas sensibilizantes, en particular las empleadas en pinturas, solventes y plásticos, durante las actividades de placer y no relacionadas con el trabajo.

Infecciones
Las infecciones respiratorias son los estímulos que con más frecuencia provocan las exacerbaciones agudas del asma. Los principales factores etiológicos son los virus respiratorios y no las bacterias o la alergia a los microorganismos. En los niños pequeños, los agentes infecciosos más importantes son el virus sincitial respiratorio y el virus de la parainfluenza. En los niños mayores y en los adultos predominan los rinovirus y el virus de la gripe.  Las infecciones víricas pueden desestabilizar el asma de forma activa y crónica, y quizá son los únicos estímulos que pueden provocar síntomas constantes durante semanas.  

Ejercicio
El ejercicio es uno de los desencadenantes más frecuentes de los episodios agudos de asma. Este estímulo difiere de otros factores naturales como los antígenos, las infecciones víricas y los  contaminantes del aire en que no deja ninguna secuela a largo plazo ni modifica la reactividad de la vía respiratoria.
Típicamente los ataques siguen al ejercicio y no ocurren durante éste. Las variables de importancia crítica de las que depende la gravedad de la obstrucción de las vías respiratorias después del esfuerzo son los niveles de ventilación logrados y la temperatura y la humedad del aire inspirado. Cuanto más elevada la ventilación y más bajo el contenido de calor del aire, más intensa la reacción.
A la inversa, en una tarea determinada la inhalación de aire frío intensifica de manera notable la reacción, en tanto que el aire tibio y húmedo la embota o incluso la elimina. Por este motivo, las actividades como el hockey y el patinaje sobre hielo así como el esquí a campo traviesa (ventilación acelerada con inhalación de aire frío) son más provocadoras que nadar en una piscina cubierta (ventilación relativamente lenta con inhalación de aire húmedo).  

Factores Emocionales
Ciertos factores psicológicos pueden empeorar o mejorar el asma. En algunos niños se observa la crisis asociada a celos debido al nacimiento de un hermanito, o casos en que aparece el asma al entrar el niño a la escuela siendo separado de su madre.  En adolescentes y adultos se pueden precipitar las crisis de asma por sustos, por enojos, por decepción de amor o por estados depresivos diversos. 


 SINTOMAS
Los síntomas del asma consisten en la tríada de ahogo o dificultad para respirar, tos y sibilancias o silbidos , siendo esta última considerada como la condición sine qua non. En su forma más típica, el asma es una enfermedad episódica y coexisten los tres síntomas. Al inicio del ataque, los pacientes experimentan sensación de constricción en el tórax, a menudo con tos seca.   
La finalización de un episodio suele estar determinada por tos productiva de esputo espeso y filamentoso.


COMPLICACIONES
En situaciones extremas, las sibilancias disminuyen de forma considerable o incluso desaparecen por completo, la tos se vuelve extremadamente ineficaz y el paciente comienza a tener una respiración entrecortada. Estos hallazgos corresponden a la existencia de tapones mucosos difusos con riesgo de sofocación. Se puede sobreagregar una bronconeumonía y por lo general es necesaria la asistencia con ventilación mecánica.  


DIAGNOSTICO
El diagnóstico de asma se establece con los síntomas que tiene el paciente y se puede confirmar solicitando ciertos estudios especializados como la espirometría.  Así mismo se pueden hacer pruebas en sangre para determinar los niveles de IgE.


TRATAMIENTO:
En los casos agudos severos es imperativo el tratamiento farmacológico clásico con aplicación de oxigeno y el uso de fármacos broncodilatadores inhalados o por vía intravenosa.  Posteriormente estando el paciente estabilizado se hacen los correctivos necesarios en cuanto a la alimentación, exposición al frío, medio ambiente,etc.  Los medicamentos homeopáticos dan muy buenos resultados en los pacientes asmáticos y la curación dependerá del tiempo de evolución de la enfermedad y de la prescripción correcta en cada caso particular.  Los remedios mas usados son Natrum Sulfuricum, Arsenicum Album, Kali Carbonicum, Ipeca, entre otros.

ALIMENTACIÓN  EN ASMA

Debe predominar el consumo de alimentos derivados de vegetales, preferiblemente crudos, es decir verduras y frutas todos los dias en abundancia.

Evitar o disminuir :
Carnes frías,
Colorantes artificiales
Azúcar blanca
Enlatados, gaseosas,
Jugos en botella,
Lácteos a excepción del yogur
Comidas rápidas
Productos de panadería blanca
Carnes rojas,
Exceso de sal

Alimentos favorables
 Cebolla
 Yogur sin color
Pollo





lunes, 20 de febrero de 2012

CALCULOS RENALES




SINTOMAS
Algunos cálculos no producen síntomas cuando se forman internamente en los mismos riñones.  Son descubiertos accidentalmente al hacer estudios radiográficos por otras razones.  Otros cálculos cuando se localizan en los uréteres o en la uretra van a obstruir el flujo de orina con la producción de un espasmo y el consiguiente dolor abdominal en el costado o flanco, un dolor tipo cólico severo, que obliga al paciente a moverse, a caminar, a torcerse sobre la cama.  El paciente experimenta también en estos casos un dolor irradiado hacia genitales y pierna del lado afectado, es frecuente que se sientan deseos ineficaces y dolorosos al orinar.  Cuando el dolor emigra hacia abajo siempre indica que el cálculo ha alcanzado el tercio inferior del uréter, pero si el dolor no se irradia no es posible predecir la posición de la piedra. Un cálculo situado en la porción del uréter que atraviesa la pared de la vejiga produce deseos frecuentes de orinar, con sensación de que no ha orinado totalmente y el ardor asociado. La amplia mayoría de los cálculos de menos de 0.5 cm de diámetro albergados en los uréteres se eliminan con la orina de manera espontánea.

TIPOS DE CALCULOS
Los cálculos en los riñones son mas frecuentes en los varones, específicamente los de calcio; la edad media de inicio es del tercero al cuarto decenios de la vida. Alrededor de 50% de las personas que producen un solo cálculo de calcio acaban desarrollando otro en los 10 años siguientes. La cifra media de formación de nuevos cálculos en pacientes que antes han formado uno es de aproximadamente un cálculo cada dos o tres años. Con frecuencia los cálculos renales son una enfermedad familiar.
Los cálculos de ácido úrico son  también más frecuentes en varones. La mitad de los pacientes que los sufren experimentan gota; la litiasis de ácido úrico suele ser familiar, con gota o sin ella. Los cálculos de cistina son poco frecuentes; no se ven en una radiografía simple de abdomen pués son “radio opacos” y su radioopacidad se debe al azufre que contienen.  
Los cálculos de estruvita son frecuentes y potencialmente peligrosos. Estos cálculos, que se forman casi siempre en mujeres o en enfermos que precisan cateterismo crónico de vejiga, son el resultado de una infección de las vías urinarias por bacterias productoras de ureasa, generalmente especies de Proteus. Los cálculos pueden crecer hasta alcanzar un gran tamaño y llenar la pelvis y los cálices renales, en la forma de "asta de venado". Son radiopacos y tienen densidad interna variable.
Arenilla
Una cantidad suficiente de ácido úrico o cistina puede taponar ambos uréteres con precipitado. Los cristales de oxalato cálcico no lo hacen, porque diariamente se eliminan menos de 100 mg de oxalato por la orina, incluso en estados graves de hiperoxaluria, en comparación con los 1 000 mg de ácido úrico en pacientes con hiperuricosuria y los 400 a 800 mg de cistina en los pacientes con cistinuria.
Los cristales de fosfato cálcico pueden tornar lechosa la orina, pero no taponan las vías urinarias.

DIAGNOSTICO:
El estudio mas completo para hacer el diagnóstico es el TAC o sea la tomografía computadorizada sin contraste.  Debido a su costo alto se sigue optando inicialmente por la ecografía y las radiografías simples o contrastadas.
En un primer episodio no se justifica hacer un análisis profundo de las causas metabólicas que llevan a la formación del cálculo.  Cuando el paciente presenta episodios repetitivos de cálculos es imperativo hacer un estudio concienzudo para llegar a determinar las causas primarias que originan estos cálculos.

COMPLICACIONES:
La complicación mas común de los cálculos renales es la presentación de infecciones urinarias a repetición y la otra no tan frecuente es la obstrucción total de un riñón lo que puede llevar a la pérdida de este si no se hace un tratamiento rápido.


TRATAMIENTO
La alimentación y las medidas generales son muy importantes.


ALIMENTACION EN CALCULOS RENALES

PREVIENEN LA FORMACIÓN DE CALCULOS:
Frutas   (melón)
Hortalizas (apio, cebolla)
Cereales ricos en fibra  (como el arroz integral)
Abundantes líquidos, principalmente agua: 2 vasos cada 4 horas.
Lácteos

PUEDEN ESTIMULAR LA FORMACIÓN DE CÁLCULOS:

Carnes
Sal
Espinaca
Acelgas
Cítricos en exceso
Bebidas muy dulces

NOTA:
Con la crisis de dolor no forzar la diuresis, es decir no tomar líquidos en abundancia, solo los necesarios.


HOMEOPATIA:
Calcárea Carbónica, Lycopodium, Berberis, Pareira Brava, son entre otros los principales medicamentos a tener en cuenta.  En algunos pacientes podemos prescribir un medicamento de fondo diferente según la repertorización del caso.